En 1902, siendo un oficial del zar, el autor realiza varias expediciones de reconocimiento en la región del Ussuri, un territorio situado en Siberia oriental, en zonas fronterizas con China. En la primera encuentra un viejo cazador, Dersu Uzala, con el que entablará una gran amistad y que le acompañará en las siguientes. Su personalidad atraerá y conmoverá mucho al capitán Vladimir, y de él aprenderá también a considerar a la naturaleza como su familia y su mundo.
El autor ofrece brillantes descripciones de la naturaleza que recorre y cuenta con detalle algunos momentos dramáticos: una gran tormenta, un poderoso incendio en el bosque, distintas salidas de caza, incidentes con chinos y coreanos que a veces encuentran, etc. Pero toda la narración está dominada por Dersu, un entrañable personaje al que vemos siempre vestido con chaqueta y calzón de piel de reno, y armado con una vieja carabina y un tridente pequeño. Dersu, «nunca se agitaba, nunca perdía el tiempo inútilmente», y practicaba una especie de antropomorfismo que aplicaba a todos los seres, nos dirá el narrador. Incluso en alguna ocasión le reprende, cuando le ve actuar de un modo desconsiderado con la naturaleza, pues él «amaba la taiga y todo lo que la poblaba, cuidaba de ella tanto como podía», hasta el punto de que siempre dejaba todo preparado para quien viniera después, caminantes desconocidos o los más pequeños animales.
Vladimir Arseniev. Dersu Uzala. La Taiga del Ussuri (Dersou Ouzala, 1923). Barcelona: Debolsillo, 2016; 352 pp.; col. Bestseller; trad. de Teresa Ramonet; ISBN: 978-8497938846.