miércoles, 18 de noviembre de 2020

'Historia del silencio', de Alain Corbin, y 'El secreto del silencio', de Rafael Gómez Pérez

Libros que pude leer durante los días del confinamiento: Historia del silencio, de Alain Corbin, y El secreto del silencio, de Rafael Gómez Pérez. 

Del primero aconsejo leer esta clara y completa reseña. Debo decir que no lo leí bien: tiene muchas referencias a escritores y pensadores franceses que no conozco bien y, por momentos, tuve la sensación (que se indica en la reseña citada) de que a veces el autor fuerza las reflexiones. Eso sí, el libro intenta ser completo, contiene muchas sugerencias valiosas y da pistas literarias que valdrá la pena seguir. Me gustaron especialmente los capítulos sobre la relación de la pintura con el silencio y las observaciones acerca de algunas obras literarias basadas en el silencio, como El silencio del mar, de Vercors, y La línea de sombra, de Joseph Conrad.

El secreto del silencio es una colección de reflexiones de grandes autores acerca del silencio, más asequible a todos, y creo que tan sugerentes como, aunque no tengan tanto relumbrón intelectual, las que llenan el libro de Alain Corbin. Pongo dos.

Una: «La soledad puede ser un bien o un mal. Es un mal la soledad obligada, en prisión, o la soledad resultante de la falta de familia y de amigos. Pero cuando la soledad es buscada libremente, lo que se pretende es “acompañar” a un silencio que se hace más denso y más rico. Montaigne escribió: "Encuentro más soportable estar siempre solo que no poder estarlo nunca". Por otro lado, hay una soledad congénita en el ser humano, que deriva de su individualidad. Los límites del cuerpo y de los pensamientos son también los límites de la propia soledad. Aunque el ser humano “es nacido”, muere siempre solo, por acompañado que esté. Mi dolor es solo mío, como también mi gozo. Podemos manifestarlos, pensar que lo compartimos, pero la vivencia es estrictamente personal. La estabilidad de carácter quiere decir que se está a gusto con uno mismo y que se sabe estar solo. Pascal, en los Pensamientos, quizá exagera, pero no demasiado, cuando escribe: "Todas las desgracias de los hombres proceden de una sola cosa, que es no saber estar solos, reposando tranquilamente en una habitación". La Bruyére dijo lo mismo poco después: "Todo nuestro mal proviene de no poder estar solos: de ahí el juego, el lujo, la disipación, el vino, las mujeres, la ignorancia, la maledicencia, la envidia, el olvido de sí mismo y de Dios". Hay un afán incontenido por salir, porque no se sabe estar en lo propio, alimentado de la propia intimidad. Salir equivale a escapar de uno mismo, con quien no se soporta estar».

Otra: «El silencio de Dios es el silencio ante la libertad humana, como ya había adelantado el Eclesiástés, 15, 14: "Desde el principio Dios creó al hombre y lo dejó en manos de su consejo". En el relato inicial del Génesis existe la prohibición de comer del árbol del bien y del mal, pero esa prohibición iba dirigida a la libertad, y prueba de eso es que pudo ser desobedecida. El silencio de Dios no es, por tanto, una ausencia, sino una presencia atenta a lo que el hombre decida».  

Alain Corbin. Historia del silencio (Histoire du silence, 2016). Barcelona: Acantilado, 2019; 152 pp.; trad. de Jordi Bayod Brau; ISBN: 978-8417346720.
Rafael Gómez Pérez. El secreto del silencio (2016). Madrid: Rialp, 2016; 96 pp.; col. Breves Rialp; ISBN: 978-8432146749.