jueves, 9 de enero de 2020

'Corazón que ríe, corazón que llora: cuentos verdaderos de mi infancia', de Maryse Condé

Como todo buen libro de memorias de infancia, y más si es de un lugar que me resulta poco familiar, me ha interesado Corazón que ríe, corazón que llora, de Maryse Condé, una autora que no conocía.

Con una prosa fluida y ágil, la autora recuerda su niñez en la isla francesa y caribeña de Guadalupe y también en Francia, pues su familia, de clase acomodada, viaja allí con alguna frecuencia. Se suceden juegos y descubrimientos infantiles, y el relato da cuenta de las emociones de niña y adolescente de la narradora. Al final, a mediados de los años 50 y cuando tiene unos 16 años, se marcha a París para estudiar allí, primero en el liceo y luego en la universidad. En favor de la protagonista, pero también para indicar que su relato no es complaciente, así se retrata en esos años finales: «Cuando me disponía a examinarme, con un año de adelanto, de segundo de bachillerato, era la auténtica personificación de la inteligencia disfrazada de maldad».

La narración introduce al lector en una sociedad que oscila entre la influencia francesa y las costumbres locales y acentúa cómo la narradora se va dando cuenta de los resabios clasistas de sus propios padres —«mis padres jamás eran espontáneos»—, a la vez que percibe cómo en Francia su familia, por más que tuvieran ínfulas de clase alta, era tratada con desdén —«nadie nos prestaba atención»—. La narradora señala la forma de ser dominante de su madre y, a la vez, su propia insolencia hiriente con ella, de forma que, dice, «invariablemente terminaba balbuciendo hecha un mar de lágrimas: "¡Si te muerdes, te envenenas!"».

Maryse Condé. Corazón que ríe, corazón que llora: cuentos verdaderos de mi infancia (Le coeur à rire et à pleurer – Souvenirs de mon enfance, 1999). Madrid: Impedimenta, 2019; 170 pp.; trad. y prólogo de Martha Asunción Alonso; ISBN: 978-84-17115-99-9.