En general afirman que hay que sustituir exigencias y prohibiciones por incentivos y nudges, y eso hará que el gobierno será más pequeño y más modesto y que mejore de verdad la vida de los ciudadanos. Y definen nudge así: «cualquier aspecto de la arquitectura de las decisiones que modifica la conducta de las personas de una manera predecible sin prohibir ninguna opción ni cambiar de forma significativa sus incentivos económicos. Para que se pueda considerar como nudge, debe ser barato y fácil de evitar. Los nudges no son órdenes. Colocar la fruta de forma bien visible es un nudge. Prohibir la comida basura no lo es». Al terminar el libro queda claro que «por todas partes hay nudges, aunque no los veamos. La arquitectura de las decisiones, tanto la buena como la mala, es ubicua e inevitable, y afecta en gran medida nuestras decisiones».
Para explicar el interés de los nudges ponen ejemplos de distinto tipo, algunos de vida cotidiana —la presentación de los platos en los comedores escolares cambia la forma en que se alimentan los niños—, otros publicitarios —un eslogan que, apelando al orgullo local, consigue reducir la basura en las carreteras de Texas—, otros de diseño. De estos últimos, por ejemplo, el de que, al poner una mosca dibujada en los urinarios para hombres del aeropuerto de Amsterdam, se redujeron las salpicaduras en un 80 por cien (y que en Bonn imitaron la idea poniendo una portería de fútbol…) También se detienen a explicar, por ejemplo, el poder que tienen las opciones por defecto, en los programas de ordenador que usamos, o en las hipotecas que contratamos, o en tantos otros productos, para hacer la vida más complicada o más fácil al usuario.
Están muy bien las observaciones que hacen los autores sobre las limitaciones que tenemos los seres humanos para elegir bien. Ponen ejemplos de cómo todos sufrimos tentaciones y subestimamos nuestra debilidad en momentos de excitación, y cómo somos, con frecuencia, negligentes o descuidados. Hablan de cómo se pueden contrarrestar un poco esas debilidades de distintos modos, por ejemplo con los que han sido llamados «factores canal», esas «pequeñas influencias que pueden facilitar o inhibir ciertas conductas», del mismo modo que los cambios en el paisaje puede conducir de un modo u otro la nieve que se derrite.
Los autores terminaron su libro en 2007 y publicaron su primera edición a principios de 2008. Para una edición posterior a finales de ese año pusieron un epílogo titulado «la crisis financiera de 2008». Al final concluyen esto: «La codicia y la corrupción contribuyeron a crear la crisis, pero las simples flaquezas humanas desempeñaron un papel clave. No podemos protegernos de futuras crisis si denunciamos la codicia, la corrupción y la injusticia sin mirarnos en el espejo y comprender los efectos potencialmente devastadores de la racionalidad limitada, la falta de autocontrol y las influencias sociales»
Richard H. Thaler y Cass R. Sunstein. Un pequeño empujón (Nudge): el impulso que necesitas para tomar las mejores decisiones en salud, dinero y felicidad (Nudge. Improving Decisions About Health, Wealth, and Happiness, 2008). Madrid: Taurus, 2009; 332 pp.; trad. de Belén Urrutia; ISBN: 978-84-306-0684-9. Nueva edición en 2017.