
La historia tiene tres apoyos principales. Uno, la descripción de la personalidad de Máximo: su carácter íntegro y su lealtad a Roma —ciudad que nunca pudo visitar—, su competencia profesional y su dureza casi sin paliativos, sus creencias religiosas mitraístas. Otro, la presentación del conflicto fronterizo, con el funcionamiento de la maquinaria burocrática del imperio en las ciudades lejanas, el juego canalla de las negociaciones entre romanos y bárbaros, el agobio de los pueblos del otro lado de la frontera, enemistados entre sí y presionados a su vez por los hunos, etc. Y un tercero, los aspectos relativos a las operaciones y movimientos de tipo militar, una cuestión que no se puede seguir bien en la edición española que conozco, pues no tiene mapas, un incomprensible fallo en un libro como este.
La narración es pormenorizada pero ágil. Logra transmitir los sentimientos crecientes de desesperanza y desmoronamiento del mundo conocido que podían tener algunas personas de la época. La tensión va en aumento pues, en efecto, se sabe que lo inevitable se acerca, la batalla final es verdaderamente trágica e intensa, y el punto de vista narrativo es perfecto para comunicar al lector todos los vaivenes de pesimismo y optimismo del bando romano. Luego, tal como hacen otros escritores digamos que de la misma raza —yo compararía parcialmente a Breem con Rosemary Sutcliff, y he visto que otros le comparan con Robert Graves o Mary Renault, escritores que yo no conozco lo bastante—, los diálogos son magníficos, tal vez demasiado buenos, pero en cualquier caso es muy de agradecer tanto cuidado e inteligencia en cada intercambio dialéctico.
Wallace Breem. El águila en la nieve (Eagle in the Snow, 1970). Madrid: Alamut, 2012, 2ª ed.; 319 pp.; col. Serie histórica; trad. de Núria Gres; ISBN: 978-84-9889-015-0.