En esta nota sólo quería dejar constancia de una pequeña anécdota.
Cuenta el entrevistado que el presidente de Chile, Frei Montalva, «convidó una noche a un grupo de escritores a comer en La Moneda, unos ocho o nueve, para pedirnos ideas sobre política cultural. Lo que ellos empezaron a formular fue más bien un pliego de peticiones: una editorial del Estado que publicara sus obras, subvenciones y adelantos para los autores que empezaban a escribir un libro, en fin, el oro y el moro».
¿Qué dijo usted?, le preguntan.
«Poco y nada: yo estaba avergonzado. Sólo quedábamos por hablar Carlos León, ese maestro de la novela corta, y yo. Frei preguntó a Carlos León qué pensaba, y él dijo que no entendía mucho lo que pedían sus colegas, considerando las condiciones penosas de pobreza, enfermedad, cárcel, en que habían escrito Cervantes, Dostoievski, Spinoza sus grandes obras. Siguió un silencio sepulcral. Luego Frei pidió mi opinión, y yo me excusé; estaba ya todo dicho por León, y se cambió de tema».
Conversaciones con José Miguel Ibáñez Langlois (2015). Santiago de Chile: Librería Universitaria, 2015; 223 pp.; entrevista de Braulio Fernández Biggs, Patricio Fernández Ugarte y Sebastián Urruticoechea Ríos; ISBN: 978-956-11-2480-6.